27 de diciembre de 2012

Goedendag

¡Buenos días a todos!, ¡Mhuajajajajaja!
Al fin tengo algo que mostrar, no es mucho pero es contenido de peso......literalmente hablando.

Este es un trabajo que tenía comenzado desde hace muchooo y se oxidaba en un triste rincón, hace unos días me dije a mí mismo: mi mismo acaba algo de lo que tienes comenzado pero ya, como esto era lo más fácil e inmediato fue lo que hice.

Se trata de un goedendag o al menos algo que se le parezca, se trata de un arma que llamó mi atención hace tiempo cuando me topé con ella por casualidad en Internet, es que este cacharro está investido en una suerte de halo místico de heroísmo, valor y brutalidad, aderezado con un poco de humor negro.

Cuenta la historia a grandes rasgos que  debió surgir por el siglo XIII como un arma para las levas flamencas, un invento obligado por la necesidad de armas económicas, fáciles de fabricar y que fueran lo más devastadoras posible, y la verdad es que sí, es muy fácil y rápida de hacer y realmente da miedo. se trata -al menos en su tipología más conocida- de un garrote grande y pesado con un refuerzo de fierro en un extremo armado de una punta también de hierro. La teoría más simpática y conocida del nombre de esta arma que significa "Buenos días" en holandés dice que los guerreros flamencos que la portaban gritaban esto precisamente a sus enemigos mientras los golpeaban con este juguete, mal educados no eran desde luego. Para aprender más al respecto mi amigo El Amo del Castillo tiene una muy buena entrada sobre el goedendag.


No hay dragón que aguante un leñazo bien dado con este accesorio entre ceja y ceja.



Su consagración llegaría en 1302 en la batalla Courtrai con un gran ejercito francés de caballería pesada derrotado y humillado por una tropa de campesinos flamencos mugrosos, sin entrenamiento pero armados de valor y sus brutales goedendags, vàmos, una historia al más puro estilo de Bravehearth, hey señores de Hollywood ya están tardando en filmar eso, un poco de intriga, sexo y ya está un éxito de taquilla, vayan tomando nota.


Bueno a lo que vamos, todo comenzó con un punzón que me había prestado ya muy buen servicio, data de hace unos años; tiempos oscuros en que debía proveerme de este tipo de herramientas comprándolas, ¡que horror!. Estoy seguro que es de acero 1045 o1050.


¡Pero que bien se siente encender la fragua de nuevo!, una estiradita y dividirlo en la espiga que irá hundida en la madera y la punta cuadrangular que irá en el exterior.



 La cabeza del arma está formada por tres piezas a saber: la punta, un disco de hierro y un refuerzo en forma de tubo, los tres elementos van muy ajustadoe entre sí y con la madera, la punta es la parte más ofensiva y lo demás asegura la construcción y aporta peso y con ello potencia.

He visto que muchas piezas originales tienen el susodicho disco de fierro de un diámetro mayor que el del tubo y el cabo, aparte del peso extra me parece que con eso se ganaría superficie contundente; no era necesario alcanzarte con la punta, con que te dieran de lleno con el borde de dicho disco estarías en problemas.

 Para el tubo no me compliqué nada y usé un trozo de tubo de fierro que tenía por allí, no sé de que medida es pero la pared tiene 5mm de grosor, para el disco un pedazo de lámina de fierro de 6mm.


El orificio en el disco para pasar la espiga y sentar la punta lo hice en la fragua, aproveché para darle a las piezas una maquillada con martillazos por aquí y por allá, para que parecieran piezas hechas por forja, finalmente temple sólo la punta en agua tibia, no necesitó revenido porque el resto de la pieza seguía caliente y así se "autoreviene", quedó durísima.


Compré un cabo para azadón en la ferretería, están hechos de encino y tienen una sección cónica perfecta. Comencé a hordarlo para alojar la espiga, primero un ajujero con el talado para usar de guía, calentar la espiga al rojo y empujar con fuerza para que vaya quemando la madera y abriéndose camino, lo que significa llamas y una nube de humo insoportable en pleno rostro.

Esta fue la única parte del proceso que me hizo sufrir y me llevó un buen tiempo, hacer agujeros así es más fácil con algunas maderas que con otras pero con el encino siempre me ha parecido muy difícil. Pasado mucho rato y viendo que presionando a mano no avanzaba casi nada y que la espiga era larguísima, metía la espiga al rojo en en hoyo, apoyaba la punta en la pared, el otro extremo del cabo en mi pecho y empujaba con todo el cuerpo, sólo así pude avanzar significativamente.

Rebajé un poco la madera para poder meter el tubo y finalmente la espiga, procurando dejar las piezas lo más apretadas que pude.
Perforé dos agujeros con el taladro para atravesar el tubo, la madera y la espiga, todo de una vez para pasar un par de remaches (más vale que sobre) que asegurarán todo en su sitio tal como en este ejemplo:


Apuntando muy bien para dar en la espiga....



Los remaches los hice con clavos grades, sólo pasarlo cortar el exedente y remachar, sin olvidar darle unos golpes también a la cabeza original del clavo para camuflar su aspecto moderno.


Y está listo, ahora queda contemplarlo, blandirlo e hinoptizarte un rato con el engendro.


Mide en total 1.44m y pesa poco menos de 2kg

Intimida, tiene mucho potencial para usarse como una pequeña pica, por su aguda punta y peso he podido atravesar hierro de 2mm. Sobra decir que es muy contundente, sobre todo si golpea con la parte del tubo o el borde del disco; una verdadera maza, pero lo que es realmente aterrador y creo su lado más efectivo, es el daño que puede hacer desgarrando; que un leñazo alcance al objetivo con la punta, esta lo golpee y se deslice con la fuerza que lleva.


Bueno, logré publicar algo antes de terminar el año, nos leemos pronto.