13 de septiembre de 2017

Restauraciones y algo más.

Cuando la gente sabe que uno (el hijo que le salio raro a los pobres de los padres) hace cosas relacionados con cuchillos y demás, comienza a hacer peticiones simples como que les afile un cuchillo u otra herramienta, hasta otras muy complejas pensando que uno acaba tres docenas de katanas antes de desayunar todos los días, y por hobby.
Pero en un punto intermedio a veces piden cosas interesantes, como la restauración del machete del abuelo que querían mucho.

Algunos años atrás se me pidió ponerle cachas a un antiguo machete Legitimus Collins Made in USA, una marca de herramientas legendaria por su calidad, hasta la fecha son muy apreciadas en el mercado de segunda mano, mi propio padre tiene varios que ha ido comprando. Ya no se fabrican, creo que alguien compró solo el nombre y ahora bajo su sombrilla venden machetes hechos en Sudamerica, pero ya no son ni la sombra de aquellos de mediados del S.XX hechos en Estados Unidos. Ahora que lo recuerdo le hice a las cachas de mezquite una forma muy rara, pero era cómodo y fue muy celebrado en su momento. Para dar una idea de lo apreciados que son los viejos Collins, el hombre que tenía este ya restaurado lo llevaba a todas partes en su vaina pendiendo en la silla de su caballo, y fue asediado con ofertas de compra constantemente por mucha gente, hasta que en un nefasto día en un descuido mínimo se lo robaron.


Hace poco restauré otro machete en este caso un Campos Hermanos, marca conocida popularmente como "El Torito" porque su cuño era la cabeza de un animalito de esos. Ésta era una empresa siderúrgica mexicana que fabricaba herramientas de mano de todo tipo, sus machetes eran de gran calidad siendo para algunos iguales y para otros solo un poco inferiores a los Collins, yo me cuento en el segundo grupo.

El paciente era un machete "De cinta entera" que yo siempre he conocido como "Guaparra". Las marcas activas ya no hacen modelos así, se trata de un machete muy laargo y fino para su portación y uso a caballo, fuera de un arma de riña y de un adorno en la silla de montar no le veo mucho más uso.


Las cachas de un plástico primitivo -probablemente baquelita- estaban rotas. Lo único que hice fue pulirlo y reemplazar las cachas por unas de madera.


Utilicé maderas de encino y mezquite, la verdad no fue una decisión estética en principio, lo que pasó es que disponía de pedacería de esas maderas que no me daba para sacar las cachas de una sola pieza, pero formatearlas a partir de cuatro fragmentos me resultaba mucho mas rápido, y quedó algo muy bonito, además como  soy un perezoso detestable así me evitaba serrar a mano la viga de mezquite de la que saco madera.



Le di la forma a cada pedazo y las pegué con resina epóxica en parejas, finalmente las emparejé  por desbaste y le pusé remaches de hierro. Existe la tendencia en la cuchillería artesanal actual a pegar todo con las varillas metálicas incluidas y luego desbastar sin más hasta igualar todo a la forma final, sé que con eso ya aguanta perfectamente pero esa forma de hacer las cosas me provoca mucha zozobra, yo siempre remacharé.




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Ahora mostraré otro proyecto, algo más pequeño pero que me resultó más interesante y divertido. Un amigo me pidió restaurar una navaja Victorinox que se había encontrado en la calle.... Sé que esto de las navajas suizas es un mundo muy amplio, pero de todo eso no conozco ni la O por lo redondo.

La paciente era esta cosa impresentable, con una sola cacha rota, investigando encontré que es el modelo "Victorinox Camper". Lo interesante es que las herramientas mostraban mucho desgaste, sobre todo la navaja principal que estaba ya muy angosta a golpe de reafilados, incluso estaba manchada de lo que creo era aguacate seco, lo que demuestra que su desafortunado dueño la mantenía en pleno uso, y que es un sucio (y también el cabrón de mi amigo por no limpiarla siquiera antes de dármela). En todo caso debió resentir la pérdida de su herramienta.



Me dijó mi amigo que como yo era tan bueno haciendo grabados y me admiraba un montón quería saber si podía ponerle a la navaja un rinoceronte..... que sé yo del fetiche que tenga con ese animal, él no tenía idea de como ni en donde, tampoco yo, pero con el ego hinchado acepté sin tener una puta idea de como resolverlo. Para empezar pulí, afilé y lubrique las herramientas, antes de dedicarme de lleno a su exterior.

Le puse cachas de madera de huizache, fue fácil porque usé pedacitos de los que sobran cuando he hecho cachas grandes, es una madera bastante dura y bonita que acepta un pulido muy alto. Conozco de la existencia de todo un culto alrededor de esta marca suiza, así que para no perder la identidad de la navaja se me ocurrió recortar el logo de la cacha original e incrustarlo en la nueva, así los cuñados se quedarán atónitos al ver que es una Victorinox original, y muertos de la envidia aparentando serenidad y recomponiendo la estabilidad de sus rodillas, le preguntarán que de dónde la sacó.




Las cachas van pegadas con resina epóxica, ya sabemos que el acero inoxidable es muy malo interactuando con sustancias adhesivas, pero no importa porque todo el trabajo recae en los tetones de bronce donde iban fijadas las cachas originales, allí la resina si que se adhiere, pero sobre todo  cuentan con un pequeño borde saliente donde ésta puede anclarse firmemente, los tetones entran en perforaciones hechas en la madera estando todo sellado con la resina.


Para resolver el tema del rinoceronte hice un trozo de la cacha del otro lado de hueso, la cual pulí y usé para hacer grabado con la vieja técnica de scrimshaw; un dibujo realista bastante simple de la cabeza de un rinoceronte, es el mismo lado donde quedó el logo de Victorinox.


(Sí, el logo me quedó ligeramente chueco.... juro que no lo noté hasta que pegué las piezas, pero es un detalle juguetón que dice algo así como: "¡He, miren, estoy estoy desaliñado, aquí me puso la mano humana y no una máquina, no soy parte de una serie!". Jajaja que mierda hasta yo me lo empecé a creer, la verdad es un error tonto que no me esperaba, y que anticiparé si vuelvo a hacer algo parecido, mea culpa).



Y eso es todo. Este último trabajo me gustó mucho, hasta me dan ganas de comprar una navaja parecida, siempre he subestimado las plegables de este tipo pero trabajar con esta me ha acercado a su carisma, utilidad, y buena calidad en el caso de esta marca.

Es todo por ahora, nos leemos pronto. Saluditos.